luchando contra el espíritu de desesperación

 

Estando en Paris nuestro padre Ignacio, vio pasar un hombre por la calle. con tanta tristeza, que conoció estar fatigado del espíritu de desesperación y dijo a su compañero, Ves aquel hombre va detrás de nosotros ,iré hablar con el, luego tras de ti entretanto ora.

 con el hizo lo así, y le dijo, Donde vas hermano mío?

 El respondió, Son tantos los males de esta vida, que valdría mas acabar que estar en ella, y saliendo de la ciudad hablando en estas cosas, se sentó en un prado y el padre Ignacio que venia tras ellos y llego y se sentó con ellos,

y les pregunto que hacían allí ?

 Respondió , con palabras de desconfianza, quejándose de los males y trabajos de esta vida: entonces Ignacio les puso delante de los ojos el poco fruto que tiene la desconfianza, y cuanto mejor seria invocar a Dios, y esperar en su misericordia y como ama

Dios a todas sus criaturas, especial al hombre por quien tomó nuestra naturaleza y murió por todos, hasta que lo persuadió a que se arrepintiera de su desconfianza. Entonces dijo el compañero de Ignacio al hombre enfermo, volvió. a la ciudad con gran consuelo de todos.

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