su estrategia principal es atrapar al hombre en sus propias negligencias

100 años de purgatorio por rechazar extrema unción



  Refiere Juan Herolt en su Prontuario de Ejemplos, que cierto varón, ejercitado en grandes y buenas obras, hallándose en los extremos instantes, siendo preguntado si quería recibir el Oleo santo, respondió: No me hagas tal propósito, porque todos los que con el santo Oleo son ungidos se mueren; y dicho esto, espiró por justos juicios de Dios; pero al tiempo que le estaban después amortajando, despidiéndolo el altísimo para enseñanza nuestra, volví el alma de aquel hombre i su cuerpo, abrió los ojos, habló, y dijo:

 porque tuve horror al santo Sacramento de la Extremaunción, aunque no le deseché por menosprecio, padeceré por cien años las terribles incendios del Purgatorio: Sentencia que ha dado el justísimo Juez; y si hubiera sido ungido hubiera sanado de la enfermedad de que he muerto, porque la Extremaunción no acelera la muerte, antes la diera.

con la última de estas palabras, volvió à salir de aquel cuerpo su espíritu: Así lo relee el sobredicho Autor Con todo la dicho, bien ponderado, y traidor a tiempo, puede el Sacerdote, y debe animar al enfermo, y fervorizarle, para que antes de perder los sentidos sea delante afectuoso a pedir el Sacramento de la santa unción.


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