Un monje cisterciense ,fue combatido

Sacerdote en el purgatorio por negar oraciones



Sor María Elizabet de Jesús terciaria carmelita en Toledo . Encomendaba ella á Dios con mucho fervor el alma de un párroco que había sido su director , el cual había muerto de repente , arrebatada en espíritu la vió en medio de dos fieros verdugos dentro de una horrorosa caverna ,por no haber socorrido las almas, cuando le pedían oraciones pero había en la entrada dos Angeles , de los cuales entendió que eran sus custodios uno que le habia sido dado en su nacimiento y otro que se le había señalado cuando entró en el cargo de párroco .

 los mismos Angeles le dijeron que estaba condenada por el justo Juez á padecer en aquella cárcel por el espacio de cuarenta años , que es decir , cuantos habia sido rector de aquella iglesia . Pero el Señor , le añadieron , tendrá á bien que tú la ayudes  si te place .

 Al oir esto aquella piadosa religiosa , se inflamaron sus entrañas de caridad á favor de aquella alma , á quien se reconocía por el acierto y celo con que había dirigido su espíritu .

 Finalmente vuelta en sí , luego que pudo verse con el confesor , pidió y licencia para frecuentar los santos sacramentos y practicar penitencias en alivio de aquella alma atormentada . Pasados algunos dias en estos devotos ejercicios , se vió conducida en espíritu otra vez al mismo lu gar en que estaba penando aquel infeliz , vió á los mismos Angeles y uno de ellos le dijo que habían sido de mucho alivio para aquel afligido espíritu los sufragios que ella había ofrecido a su favor  á mortificarse , á padecer , para librarla luego de aquella cárcel . 

Redobló aquella fervorosa sierva del Señor oraciones y comuniones y tuvo satisfacción al verse acometida de una fiebre ardentísima , para así aligerar la violencia de las llamas en que debia aun padecer . Pero finalmente en otra visión le aseguró tambien el Angel que por los nuevos auxilios con que la había socorrido , se le habia abreviado notablemente el tiempo de penar  y en el próximo dia , le añadió , del Nacimiento de Maria virgen ,  de quien aquel párroco no obstante sus descuidos habia sido devoto ,  conduciremos nosotros aquella alma al cielo , y tú tam bien la verás . Así sucedió puntualmente . 

En la mañana de aquel dia , al comenzarse á cantar la misa solemne , Elisabet vió en manos de los Angeles custodios aquella Alma á manera de una nubecilla resplandeciente , acompañada tambien de otros Angeles y Santos , á quienes ella habia dirigido especiales oraciones á dicho fin . Y entonando todos ellos con suavisima melodia Bendito el que vino en nombre del Señor , subió al cielo á cantar para siempre sus misericor dias . ( Vida de la ven . Maria Elisabet de Jesus , impresa en Madrid en 1685. )

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