su estrategia principal es atrapar al hombre en sus propias negligencias

el milagro de bolonia




En Bolonia, año 1434, se experimentaron terremotos terribles y peligrosísimos que derribaron muchos edificios. El sol al mediodía se oscureció, como si fuera una tenebrosa noche: la lluvia era continua y abundante; los truenos eran espesos y espantosos; los relámpagos dejaban a las personas en un continuo deslumbramiento. Caía piedra en gran cantidad y de gran tamaño, dañando los campos y destruyendo las mieses que estaban a punto de ser segadas.

Los habitantes de Bolonia, asustados por estos prodigios, llevaron a cabo algunas procesiones por orden del obispo para aplacar la ira divina. Sin embargo, al no cesar el castigo, el obispo ordenó que las mismas plegarias continuaran durante otros cinco días, y al persistir las tempestades, decretó que las procesiones continuaran durante ocho días más. En medio de estas angustias, a un hombre devoto y de buen espíritu se le ocurrió la idea de que para remediar estos castigos debía traerse una cierta imagen de la Virgen nuestra Señora, que se encontraba cerca del Monte de la Guardia en Bolonia.

Este devoto compartió su pensamiento con el obispo, y de común acuerdo decidieron llevar la imagen a la ciudad en una procesión devota y solemne. Se organizó una numerosa y devotísima procesión con la participación de todo el clero de la ciudad, religiosos y ciudadanos, sumando en total catorce mil personas. Después de traer la santa imagen, la llevaron en procesión durante esos ocho días señalados. Con esto, el cielo se serenó, y agradecidos, reconocieron a esta clementísima Señora por el beneficio recibido.

Para explicar la razón por la cual los habitantes de Bolonia veneran esta santa imagen, es necesario mencionar brevemente su origen. La imagen fue traída de Constantinopla de la siguiente manera: Un hombre de Grecia, de muy buena reputación, vio en Santa Sofía de Constantinopla esta imagen de la Santísima Virgen con el título que decía: "Esta imagen la pintó de su mano San Lucas Evangelista y debe ser llevada a una iglesia que está edificada en el Monte de la Guardia en honor a San Lucas, y allí en su altar será muy reverenciada". Este hombre, ansioso por saber cuál era el Monte de la Guardia, consultó con los sacerdotes de esa iglesia. Respondieron que era una tradición antiquísima transmitida de padres a hijos, y que habían escuchado de sus ancestros que esta santa imagen siempre había obrado muchos milagros, incluso en aquel entonces. Sin embargo, después de realizar varias diligencias para averiguar cuál era exactamente el Monte de la Guardia y dónde estaba ubicado, aún no se había revelado. Con el consejo de todos, este devoto hombre tomó la santa imagen y comenzó sus diligencias, preguntando en todas partes y buscando información sobre el Monte de la Guardia. Sin embargo, en vano fueron sus esfuerzos en esa tierra. Finalmente, llegó a Roma, la patria común de la cristiandad, y casualmente se encontró con un senador bolonés que estaba en Roma en ese momento. Le preguntó si tenía información sobre la ubicación del Monte de la Guardia. El senador le proporcionó una información detallada, explicando que el monte estaba en Bolonia y que en él se encontraba una iglesia dedicada a San Lucas.

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