vió al rededor de su lecho gran multitud de demonios de un aspecto horrible

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 Hacia mucho tiempo que Crisacrio , hombre no ménos rico que avaro , vivia entregado al más escandaloso libertinaje . Sus excesos irritaron tanto á la divina justicia , que atacado de una enfermedad se vió insensiblemente reducido al extremo Mas antes de morir , queriendo Dios escarmentarle en este mundo , hizo que se le abriesen los ojos del alma y vió al rededor de su lecho gran multitud de demonios de un aspecto horrible y espantoso , que le querian ar- rastrar vivo á los infiernos . A esta vista quedó Crisacrio sumamente espantado ; temblábanle los miembros , un sudor frio le cubria la frente ; llama á su hijo Máximo que vaya á socorrerle : acude este al instante . « Mi querido Máximo , le dice , acuérdate que no te he hecho ,más que bien ; ampárame pues . » Máximo al oir esto , acércase al lecho del padre ; rodéale toda la familia : miran por todas partes : pero en vano : los demonios solo se dejan ver de Crisacrio . Lo único que ven los asistentes es el terror del moribundo : el cual fuera de sí se abalanzaba sobre la cama , como para sustraerse á esta furiosa muchedumbre . Ora mira á los asistentes , ora se vuelve hácia la pared : mas en todas partes se encuentra con estos enemigos encarnizados que le persiguen . Fi- nalmente se pone á gritar con todas sus fuerzas : tregua , tregua ; hasta mañana , hasta mañana . En medio de es- tos clamores exhala el desgraciado su último suspiro . ¿ Quién no temerá el vicio que ocasiona muertes tan hor- ribles ? 

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