- Obtener enlace
- X
- Correo electrónico
- Otras aplicaciones
- Obtener enlace
- X
- Correo electrónico
- Otras aplicaciones
"Si oyeremos pues la voz del Señor que nos llama, no endurezcamos nuestra oreja, sino digamos: Habla, Señor, que tu siervo oye. Y con Isaías: Abre tu Señor mi oído, y yo no te contradiré. Y si Dios nos llama a estado de perfección, digámosle con San Agustín: Dame, Señor, lo que me pides, y pide lo que quisieres. Y pongamos nuestro corazón en sus manos, diciendo como David: Inclina, Señor, mi corazón a hacer tus justificaciones, y él será servido de guiarnos como a nosotros más convenga. Visto ya con Dios.
- Obtener enlace
- X
- Correo electrónico
- Otras aplicaciones
Comentarios
Publicar un comentario