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La lujuria es un afecto desordenado por pecados y deleites carnales. Los pecados que de ella proceden incluyen la ceguedad de entendimiento, temeridad, inconstancia; además de estos, el adulterio, fornicación, palabras deshonestas, y otras inmundicias.
El remedio es ejercitarse en los ayunos, en la oración, y huir de las malas conversaciones, porque estos son los medios para conservar la castidad.
no fiarse de sí mismo, ni de su propia virtud y santidad, apartándose de los peligros, guardar los sentidos, y considerar que incluso el fuerte Sansón, el santo David, y el sabio Salomón fueron engañados por este vicio, y cayeron en una gran ceguedad de entendimiento. Especialmente Salomón, que acabó por adorar todos los ídolos de sus concubinas.
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