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A la cabeza de las misiones en japon,marchaban los ministros de Dios , los predicadores del Evangelio que de Italia , España , Portugal y México habian ido al Japon para ganar almas á Jesucristo , y procurarse Aquí tienes el texto corregido:
Después de infinitas fatigas y un tan doloroso martirio, estos apóstoles pertenecían a las órdenes religiosas de Santo Domingo, de San Francisco, de San Agustín y de la Compañía de Jesús. Entre ellos había muchos que eran singularmente recomendables por la nobleza de su sangre, por su eminente saber y, sobre todo, por el heroísmo de sus virtudes y los penosos trabajos de su apostolado. Además, todos, tanto los religiosos como los laicos, tanto los japoneses como los extranjeros, los cristianos, en fin, más o menos antiguos, lejos de espantarse a vista de los tormentos, corrían, digámoslo así, como a encontrarlos.
Se les veía que con apresuramiento se hacían inscribir en el número de los condenados a muerte, y entonces, seguros de morir por Jesucristo, se adornaban con sus mejores vestidos, comparecían ante los jueces con alegría e intrepidez, les respondían con santo atrevimiento, daban las gracias a sus verdugos y, desde lo alto de la cruz, predicaban y cantaban alabanzas a Dios en medio de las llamas. Se vieron hasta las mismas madres ofrecer a sus hijos a la muerte y luego pedir para ellas los más grandes suplicios. Estas admirables maravillas han sido milagros evidentes de la gracia divina, semejantes a los que Dios obró en los mártires de la primitiva Iglesia en confirmación de nuestra fe. Por lo mismo, los escritores de la historia eclesiástica y los apologistas de la religión no vacilarán en presentar, como prueba de la divinidad del catolicismo, la constancia de los mártires del Japón.
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