su estrategia principal es atrapar al hombre en sus propias negligencias

Amar demasiado a uno mismo impide alcanzar la perfección

 


La piedra preciosa pierde su virtud en un metal y se aumenta en otro ). 

Similarmente, el amor, como una piedra preciosa, se pierde al enfocarse en uno mismo y se incrementa al dirigirlo hacia Dios. Incluso las buenas obras son examinadas por Dios para detectar cualquier amor propio.

 El Salmo 114 menciona que Dios juzgará las justicias, es decir, las acciones motivadas por la propia voluntad. Amar demasiado a uno mismo impide alcanzar la perfección. Al conversar mucho consigo mismo, uno se ama excesivamente, mientras que al conversar con Dios, nace un amor santo. San Pablo ejemplifica esto al afirmar que su conversación está en los cielos, lo que muestra su preferencia por Dios sobre sí mismo. Por lo tanto, dedicarse a la oración y la contemplación hacia Dios fomenta un amor verdadero y desinteresado.

...

Comentarios