su estrategia principal es atrapar al hombre en sus propias negligencias

"Di a tu corazón: Por Cristo guardaré estas paredes"

  


cuenta Paladio, que al tener gran fastidio de estar en su celda, fue a Macario Alejandro y le contó su tentación. Macario respondió: "Di a tu corazón: Por Cristo guardaré estas paredes". Con estas palabras, Dios abrió el corazón de Paladio, y vivió alegremente por Cristo en su celda. 

Juan Galberto tuvo a alguien matar a un hermano, y lo buscaba para vengar la muerte. Un día, se encontró con él en apuros ante el enemigo, se fue a Juan Galberto, y le pidió perdón por Cristo. Juan respondió: "Por Cristo te perdono, porque Él me perdonó a mí", luego fue a la Iglesia y se arrepintió. 

Eusebio Policarpo persuadió al tirano para que negara a Cristo, pero él respondió: "Ochenta años llevo sirviéndole y nunca he oído una mala palabra de Él. ¿Cómo puedo dejar a un señor tan bueno que se sacrificó por mí en la cruz?" 

El abad Poemon, al ver a una mujer , haciendo muchas cosas para complacer a otros, lloró diciendo: "Ay de mí, que no deseo agradar así a Dios, cuando recibiría tanto fruto por ello, mientras ella recibe tan poco."


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