- Obtener enlace
- X
- Correo electrónico
- Otras aplicaciones
- Obtener enlace
- X
- Correo electrónico
- Otras aplicaciones
Aunque las penas del purgatorio algunas veces se acaban, hay algunas más fuertes que las del infierno, aunque sean perpetuas. San Gregorio menciona que, como Dios tenía a un siervo suyo en la cama con muchos dolores, rogaba cada día a Dios que lo librara de esa vida.
Un día se le apareció el Ángel del Señor y le dijo: "El Señor te da a escoger, ¿o padeces lo que padeces hasta la muerte, o estás un día en el purgatorio?" El santo respondió: "Llévame luego al purgatorio." El Ángel lo llevó al purgatorio, donde estuvo una hora penando, y después volvió a aparecer.
El que estaba en las penas dijo: "¿Por qué me engañaste, diciendo que no estaría más de veinticuatro horas y hace mil años que me tienes aquí?" El Ángel respondió: "La grandeza de las penas te ha hecho Parecer que has estado mil años, pero hago saber que solo ha pasado una hora desde que estás aquí." Y le mostró su cuerpo, que aún no habían amortajado ni enterrado. Por tanto, el Señor dice que elija entre las veintitrés horas que le faltan aquí o que vuelva a su cama a padecer como antes. El santo respondió: "Devuélveme a mis antiguos trabajos y sácame de aquí." Y este santo relató la grandeza de las penas del purgatorio.
- Obtener enlace
- X
- Correo electrónico
- Otras aplicaciones
Comentarios
Publicar un comentario