Paga lo que estás obligado a dar al cuerpo, solo lo necesario,

 No carguéis vuestros corazones con comer y beber, como dice el Señor en Lucas 21. 

Si un hombre sabio y discreto fuera contribuyente y estuviera obligado a pagar tributo, ciertamente no pagarían más de lo que debe, y aun eso, con disgusto y coacción.

 ¿Qué es entonces la comida, la bebida, el vestir y el dormir, sino un tributo y un peaje que tienes? 

Es una gran carga para los hijos de Adán. Así como es nobleza no ser contribuyente, también es nobleza para el cuerpo no estar sujeto al comer, beber y dormir. Los Santos en el Cielo son nobles y nobles, y nosotros, después de la resurrección, estaremos en cuerpos gloriosos y nobles en el Cielo, libres de pagar este tributo.

 El Apóstol dice: "Toda criatura está sujeta a vanidad", pero será liberada de la esclavitud de la corrupción en la libertad de la gloria de los hijos de Dios (Romanos 8).

 Llegará un tiempo en que la criatura será libre y noble, y estará libre de tributo, porque no necesitará comer ni beber ni estará sujeta a esas necesidades. 

Pues es un tributo dar de comer al cuerpo, y pagar tributo no es nobleza, sino viles. Debes pagar este tributo al cuerpo con disgusto y por necesidad. Paga lo que estás obligado a dar al cuerpo, solo lo necesario, y esto con moderación y por necesidad. Cuando pagues este tributo, debes sentirlo mucho y comer con tristeza, pagando de mala gana. 

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