su estrategia principal es atrapar al hombre en sus propias negligencias

rara vez se ha visto a una persona espiritualmente avanzada que duerma mucho

 


Muchas personas se distraen fácilmente durante la oración, ya sea porque dedican muchas horas a ella o porque tienen muchas ocupaciones. Algunos madrugan para orar, mientras que otros la realizan de noche. 

Sin embargo, a menudo les sobreviene el sueño, lo que dificulta la concentración durante la oración o los hace quedarse dormidos en medio de ella. Aunque intentan despertarse, continúan con negligencia, como si estuvieran dormidos, ya que ni piensan en cosas malas ni buenas, sino que perseveran como si estuvieran ociosos. La principal causa suele ser la falta de sueño o haber comido y bebido en exceso, lo que genera vapores y somnolencia. 

En estos casos, es necesario proponer una moderación en las comidas, especialmente en la cena, para reducir los vapores y permitir un sueño adecuado, lo que facilitará la oración durante el día. Sin embargo, es importante tener en cuenta que el cuerpo siempre tiende a dormir mucho, por lo que es necesario actuar con discreción y seguir el consejo de un guía espiritual para evitar excesos o daños. 

En cuanto al sueño, es importante ser prudente, ya que rara vez se ha visto a una persona espiritualmente avanzada que duerma mucho. De hecho, en las crónicas de mi Orden, se relata que aquellos que eran destacados por sus virtudes convertían la noche en día para dedicarse a la oración; algunos solo dormían cuatro horas, otros tres, y el resto del tiempo lo dedicaban a la oración.

La segunda causa del sueño es nuestra pereza y falta de diligencia al orar, como dijo el Abad Gerardos: "La pereza inclina al sueño". Por lo tanto, los tibios suelen quedarse dormidos durante la oración, ya sea porque se acomodan de la mejor manera posible o porque apenas piensan en algo bueno, lo que adormece sus facultades, como cuando se van a dormir. Para remediar esto, se sugieren los siguientes pasos: recordar que uno está ante la presencia inmensa de Dios, lo cual debería infundir temor y evitar que uno se acomode o se predisponga a dormirse; estar preparado para la oración con el propósito de mortificar alguna pasión, lo que ayuda a mantener la vigilancia; recurrir a algunas oraciones vocales o invocar a Dios para alejar el sueño; evitar cerrar los ojos o mirar hacia abajo cuando el sueño se acerca, sino dirigir la mirada hacia el cielo o ponerse de pie sin apoyarse; y, si se está solo, cruzar los brazos o hacer algo que cause incomodidad para despertar. En algunos casos, se practica la disciplina como medida adicional.

Comentarios