Esto no lo pueden hacer los Magos ni el Demonio,

 

 vemos a la mujer de Lot convertida en estatua de sal, como consta en Génesis,  Pero el convertir una cosa en otra es muy averiguado que no lo pueden hacer los Magos ni el Demonio, porque esta transmutación no requiere menor poder que la creación; y como la creación no puede ser sino por potencia absoluta de Dios, así no puede haber transformación sino por la divina Majestad de Dios. 

como es cierto que ninguna pura criatura, por preeminente y levantada que sea, humana ni angélica, puede tener esta potencia, bien se sigue que a los Magos y Demonios les es negada esta augustísima potestad, como lo afirman San Agustín,  con estas palabras: "Quienquiera que crea que alguna criatura pueda ser cambiada en mejor o peor, o transformada en otra especie o semejanza, si no es por el mismo.