Mi alma está muy turbada", y Salmo 114:

 

  (Salmo 6; Filipenses 1:14). Supuesto lo dicho, es cosa cierta que las almas en el Purgatorio no temen el perder el estado de la gracia, con el cual son hechas herederas y participantes de la gloria. 

Algunos lugares hay de la Sagrada Escritura, que nuestra madre la Iglesia se favorece de ellos para el oficio de los difuntos, que considerando el literal sentido de ellos, hacen esta verdad difícil, a saber, (Salmo 6: 

"Mi alma está muy turbada", y Salmo 114: "Me rodearon los dolores de la muerte, y los peligros del infierno me encontraron.

 nuestra madre la Iglesia tiene oraciones particulares en el oficio de los difuntos, que parecen denotar esto mismo, como es: "Señor Jesucristo, libera las almas de todos los fieles difuntos de las penas del infierno, de las profundidades del abismo líbralas, de la boca del león no permitas que caigan".