"No, Magdalena, Dios no te llama para luego rechazarte

 

Un sacerdote en un exorcismo,Besando a veces un Crucifijo, que sostenía entre sus brazos.  al ver la posesa tan desolada (habiendo recibido terribles golpes de martillo en la puerta de su corazón), le preguntó en qué disposición se encontraba. Magdalena le dijo: "¡Ah! Padre, estoy al borde de la desesperación." El Padre le respondió: "No, Magdalena, Dios no te llama para luego rechazarte. Cree que ahora la puerta de su misericordia está abierta para ti, y que tiene los brazos extendidos para recibirte. Magdalena, no resistas más, solo piénsalo bien, porque Dios te ofrece la remisión de tus pecados, y una gracia tan abundante que si lo deseas, puedes ser otra Magdalena. ¿Qué motivo tienes para desconfiar de la bondad y misericordia de tu Redentor?"

Entonces ella dijo: "Me siento completamente abrumada por el gran número de mis pecados, y la gran deformidad de mis ofensas. También tengo una gran vergüenza de haber sido..."

Entonces el demonio retomando la palabra, le dijo: "No es para hacerte desesperar que te he hablado hace un momento: no, no, Magdalena, incluso si otro pecador hubiera cometido millones de pecados más que tú (Magdalena, es verdad), todo un Dios le perdonaría si volviera a Él. Dios no puede mentir: Él ha dicho,  no ha limitado el número ni la enormidad de los pecados, Él solo quiere un buen arrepentimiento. Es cierto, Él recibe como al hijo pródigo." Con estas y similares palabras, usó el demonio, y dejó a la asamblea.