su estrategia principal es atrapar al hombre en sus propias negligencias

Perdón, oh dulce Jesús mío, por el olvidar tu amor



 "Perdón, oh dulce Jesús mío, por el olvidar tus  finezas de amor; perdón por la poca fe, por la tibieza e indiferencia con que tantas veces he mirado a la sagrada Eucaristía, y por la poca devoción con que he asistido al santo sacrificio de la Misa. 

Comentarios