su estrategia principal es atrapar al hombre en sus propias negligencias

herejías de CHATEL (Fernando Francisco)



CHATEL (Fernando Francisco). Nació en Gannat, en el Borbonés, el 9 de enero de 1795. Sus padres eran poco acomodados, pero respetables por su virtud y generalmente estimados, e hicieron no pocos sacrificios para dar educación a su hijo. En las escuelas, Fernando se distinguió por su entendimiento perspicaz y su piedad: el cura le admitió de acólito en su parroquia y no tuvo por qué arrepentirse de la elección. La buena madre de este niño (que fue siempre un modelo de virtudes cristianas y a quien Dios reservaba crueles pruebas, pues no murió hasta el año 1835) hubiera deseado vivamente consagrarle al estado eclesiástico, pero sus escasos bienes no alcanzaban a sufragar los gastos de la educación clerical.

En esto, el vicario de Santa Cruz, que había observado al joven Chatel, viendo que perseveraba en las edificantes disposiciones de la niñez, que asistía siempre a los oficios con una constancia y un celo ejemplar y que gustaba de la lectura de buenos libros, concibió la idea de hacerle obrero de la viña del Señor. Se cercioró de las inclinaciones de Chatel y le puso a sus expensas en el seminario.

Seminario menor de Mont-Ferrand, donde fue el objeto particular de la solicitud de sus maestros. De allí pasó al liceo y luego al seminario mayor. En las aulas de teología dio pruebas de una imaginación viva, algo impaciente para llevar el yugo, y de un juicio poco seguro; pero su conducta fue constantemente irreprensible, por confesión de todos.Ordenado Chatel de sacerdote en 1818, fue sucesivamente vicario de la catedral de Moulins, cura párroco de Monetay-sur-Loire y capellán de regimiento, empleo que desempeñó hasta la extinción de la guardia real en 1830. Durante este tiempo había predicado en muchas iglesias de París. Después de la revolución de julio, los escritos que publicó en un diario titulado El Reformador, Eco de la Religión y del Siglo, dieron margen para que se dudase de su exactitud teológica. Allí sembraba las primeras ideas del sistema de reforma que meditaba y que había sacado del Diccionario Filosófico de Voltaire, su autor predilecto.

Las circunstancias eran propicias como nunca. Le pareció magnífico titularse fundador de religión, cabeza de cisma, en una palabra, heresiarca, y escribir su nombre junto a los nombres de Eutiques, Arrio, Focio o Lutero. Un medio de lograrlo era halagar las pasiones, mitigar de todas maneras el rigor de la regla y la disciplina, hacer galanas promesas y conciliar el Evangelio despojado de sus dogmas con la insurrección; pero para romper abiertamente con la iglesia católica y anunciar sus proyectos de reforma se necesitaba una ocasión, un acontecimiento.

El señor obispo de Versalles le había convidado a predicar en su iglesia catedral el día de San Luis, pero dio contraorden en vista de lo que había escrito Chatel en El Reformador. El encargado de comunicarle esta nueva fue el vicario general de Versalles. Chatel sintió la disposición del prelado:

 acababa de desechar el empleo de capellán del colegio de Saint-Cyr con que le brindaban. El resentido presbítero se rebeló y apeló a Otros clérigos descontentos, con los cuales formó el núcleo de su iglesia cismática. Por enero de 1831, habiéndose acrecentado el número de sus prosélitos, se trasladó sucesivamente a otros dos edificios más cómodos, hasta que, por fin, en el mes de noviembre, estableció en la calle del Arrabal de San Martín la sede de su iglesia católica francesa primacial. Chatel conoció la necesidad de construir un orden jerárquico en su nueva reforma, y después de haber reunido al pueblo y al clero creyentes en su doctrina, fue elegido por ellos obispo primado conforme a la constitución de la nueva iglesia. 

Chatel hizo una visita de urbanidad al caritativo prelado. Nadie sabe lo que pasó entre ellos, sino que él mismo dijo que el venerable arzobispo había estado admirable. No lo extrañamos, el ilustrísimo Quelen, a ejemplo del buen pastor y del padre del pródigo, se mostró siempre en tales circunstancias como un modelo de obispo. Desde entonces se multiplicaron las deserciones de eclesiásticos y seglares en la llamada iglesia francesa, y en 1847 las provincias del reino casi no conocían ya más que de memoria la iglesia católica francesa primacial. Dios quiera que por fin abra los ojos su desventurado fundador y corifeo. este fue otro de los falsos profetas ,que pensó que podía formar una nueva iglesia.hay una sola iglesia, santa catolica, apostolica y romana.. viva jescristo!!!


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