su estrategia principal es atrapar al hombre en sus propias negligencias

reprendió al demonio y, por la intercesión de Santiago, resucitó al peregrino


Cuenta  San Antonio, que un devoto mayor de Santiago fue en peregrinación a su iglesia, y cayó en el camino en fornicación. Entonces, el demonio se le apareció en figura de Santiago y le dijo que le desagradaba su peregrinación, y que se volviese y se hiciese eunuco. 

Lo hizo así, y viendo el demonio que le obedecía, le dijo que si no se mataba, no se le perdonaría su pecado. Se mató y lo llevó al infierno. Santiago se quejó a Nuestra Señora de la malicia que el demonio había usado con su devoto, y fue tras el demonio, y trajo el alma a Nuestra Señora. Ella reprendió al demonio y, por la intercesión de Santiago, resucitó al peregrino. Este prosiguió su peregrinación y contaba todo lo que le había acontecido, mostrando las señales que le quedaron de las heridas que él mismo se dio.

En otra ocasión, Fray Reginaldo, Obispo de Hibernia, a petición de sus ovejas que pidieron su favor contra sus enemigos que venían contra ellos, hirió con su báculo una peña que allí estaba, y esta se hizo pedazos. Les dijo: "Tirad estas a vuestros enemigos, y los ahuyentaréis", y así lo hicieron.

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