Dios está enojado contra vosotros porque no os habéis aprovechado de su divina palabra

 

Del bienaventurado Laurencio Justiniano, Patriarca de Venecia, estaba Dios muy enojado contra la ciudad por los pecados que en ella había. Rogaba por ella el santo varón que en ella residía. Los venecianos vinieron a tener guerra con los milaneses, y un ciudadano de Venecia, hombre muy principal, se hallaba en este tiempo en Corfira. Habitaba junto a ella en una soledad muy áspera un solitario y muy santo varón, que tenía espíritu de profecía. Por estar tan apartado y escondido, no podía humanamente tener noticia de las cosas de Venecia ni conocer hombre de ella. Fue a él este veneciano y le preguntó si en esta guerra recibiría daño Venecia.le Respondió: “Dios está enojado contra vosotros porque no os habéis aprovechado de su divina palabra; antes la habéis desechado. Y si no fuera por las oraciones de vuestro Pontífice, ya fuerais destruidos por Dios, como fueron los de Sodoma”. 

 muchos justos y siervos de Dios de mediana virtud había entonces en Venecia, y de solo Laurencio Justiniano, que era varón perfecto, parece que hacía Dios más caso que de todos ellos. Muy celebrada es 

Viniendo a Jerusalén un hombre de la ciudad de Emesa, encontró en la soledad con el santo abad Juan y le pidió muy encarecidamente que rogase a Dios por él. Preguntó el abad de dónde era. Cuando supo que de Emesa, le díjo estas palabras: “Pues teniendo allá al abad Simeón, me pides a mí, un hombre vil, que ruegue por ti. Yo, y todo el mundo, tenemos necesidad de sus oraciones”. ¡Oh, cuánto importa al bien de la Iglesia y cuánto aprovecha a la salvación de las almas y a la conservación de las Repúblicas y Reinos un varón de perfecta virtud! Pues los santos, que tan grande conocimiento tienen de las cosas de Dios, confiesan que tanto caso como este hace Dios de tales varones, y que tales cosas como estas en bien de las Repúblicas y de toda la Iglesia Dios obra por ellos. 

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