su estrategia principal es atrapar al hombre en sus propias negligencias

Os glorifico por todos vuestros soberanos atributos

¡Oh Hijo divino, en todo igual al Padre, verdad infalible, camino seguro y vida felicísima del hombre! Os glorifico por todos vuestros soberanos atributos, y os alabo por vuestras misericordias infinitas. ¡Ay, Jesús mío! No he sido discípulo vuestro sino de nombre. Pero, queriendo ya serlo en realidad, permitid que una mi voz a la de las Dominaciones, Principados y Potestades, y ensalzando con ellos vuestra sabiduría infinita

...

Comentarios