su estrategia principal es atrapar al hombre en sus propias negligencias

perdón por la poca fe, por la tibieza e indiferencia con que os he visitado en la sagrada Eucaristía



Perdón, oh dulce Jesús mío, por el olvido que hasta ahora he tenido de tantas finezas; perdón por la poca fe, por la tibieza e indiferencia con que os he visitado en la sagrada Eucaristía, y por la poca devoción con que he asistido al santo sacrificio de la Misa; perdón por las irreverencias que he cometido ante vuestros altares, y sobre todo, una y mil veces perdón por tantas comuniones tibias e indignas como habré hecho en toda mi vida. Dignaos aceptar esta humilde reparación que hoy os ofrezco

. ¡Quién pudiese, amabilísimo Jesús mío, animarla con la más viva y perfecta contrición! ¡Quién pudiese recorrer los lugares que yo y tantos pecadores hemos manchado con nuestras culpas, purificarlos con mis lágrimas, y lavarlos con la sangre de mis venas! Mas ya que no puedo hacer esto, aceptad los deseos que tengo de consagrarme todo desde este momento a la gloria de vuestro sacratísimo y dulcísimo Corazón. 

Junto estos, aunque tibios deseos, con el ardentísimo amor de tantas almas justas, con los méritos y lágrimas de vuestra afligidísima Madre, y con el sacrificio que Vos mismo ofrecisteis en la cruz y ofrecéis cada día al eterno Padre en nombre de toda la Iglesia.


...

Comentarios