su estrategia principal es atrapar al hombre en sus propias negligencias

Cristo le dio a beber la Sangre de sus venas.



 San bernardo Como era tan numeroso el fruto de su predicación, el Demonio lo tentó de vanidad tan reciamente, que en un sermón quiso bajar del púlpito y no proseguirlo. Pero, volviendo sobre sí, dijo a Satanás: 'Ni por ti lo comencé, ni por ti lo dejaré'."

Bajando de los Alpes, Satanás quebró la rueda del coche en que iba el santo. El cochero, más por costumbre que por saberlo, dijo: "No es posible, sino que el Diablo lo ha hecho". Entonces Bernardo, que lo sabía, mandó al demonio que, atravesándose en aquella parte de la rueda, supliera la quiebra, y prosiguió muy derecha y muy igual la carroza, formada una rueda entera de la mitad que había y la otra mitad del mismo demonio.

 Fue tan favorecido de Cristo y que Cristo le dio a beber la Sangre de sus venas.

Agonizando un monje, a tiempo que la comunidad iba a dormir, mandó el santo al moribundo que no les diera mala noche, porque venían muy cansados de trabajar, y que así no se muriera hasta que viese que habían salido de Maitines. Y le obedeció el moribundo, o por mejor decir, la muerte.

Yendo en una mula el santo por un camino, se le ofreció a un labrador si rezaba un Padre Nuestro sin pensar en otra cosa sino en lo que rezaba. El labrador lo empezó muy empeñado en no distraer su imaginación y muy confiado de ganar la mula. Cuando a mitad del Padre Nuestro, le preguntó si en la apuesta de la mula entraba también la silla y el freno, con lo que perdió tanto la mula como la apuesta, aunque ganó el desengaño de su presunción.



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