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Salieron los hebreos de Egipto armados. Sin embargo, consta que no había en todos los escuadrones ni siquiera un cuchillo. Al curioso le remito al erudito Oleastro: ¿Dónde llevaban entonces esas armas?
En otra ocasión abordé este texto y ofrecí dos soluciones a esta duda. Una fue que no llevaban armas, pero sí llevaban tímpanos y cítaras. María, hermana de Aarón, los templó en sus manos, rindiendo a Dios agradecimientos musicales por la victoria contra el Faraón, quien fue anegado en el Mar Bermejo.
Por tanto, llevaban unas armas invencibles: el tímpano en la mano de María. Estos instrumentos musicales servían para agradecer a Dios los triunfos recibidos. Y si eran armas para agradecer triunfos pasados, también lo eran para merecer nuevos. Porque el instrumento más seguro para triunfar es el que se usa para expresar gratitud.
No llevaban armas ordinarias, pero sí la mejor de todas: iban conducidos por una María agradecida e iluminados por una columna de fuego y una nube.
María asumió el agradecimiento por la primera victoria, y no necesitaban armas para las victorias futuras si ella continuaba siendo fiel y agradecida.
Los mayores esfuerzos militares no son de fuerza física, sino de culto real a Dios. Para que Josué venciera a la rebelde Jericó, desesperado por la inutilidad de sus fuerzas, presentó el Arca del Testamento ante sus murallas. Esta arca, imagen de María, contenía tres prendas: las Tablas de la Ley, la Vara y el Maná. Estas simbolizan las tres imágenes que aquí se destacan:
1. La Ley escrita en el monte Sinaí, que se asemeja a la hermosa cumbre de Montserrat.
2. La Vara firme y florida, como la columna que sostiene a María.
3. El Maná llovido en el desierto, símbolo de la clemencia que María derrama sobre los desamparados.
Josué, aunque valiente, no pudo rendir a Jericó con su ejército y armas. Sin embargo, lo logró con la devoción, al honrar a María con acordes musicales. Ante esos dulces acentos, los soberbios muros se derrumbaron. Lo que no pudo conquistar el ejército con sus armas, lo logró la fe, haciendo fiestas a María.
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