su estrategia principal es atrapar al hombre en sus propias negligencias

"El arrogante: su caída, el tormento eterno y el mensaje desde el infierno"**

Para que los clérigos y discípulos vivan en plenitud de bondad, deben evitar la compañía de las mujeres, adornarse con las siete virtudes y rechazar los siete pecados mortales. Este décimo florecimiento debe ser humilde.

Se cuenta en el libro de los siete dones del Espíritu Santo que hubo un maestro en París que tenía un estudiante muy orgulloso. Este estudiante creía, con arrogancia, que nadie podría superarlo. Sin embargo, otros estudiantes, motivados por algunos clérigos, iniciaron una disputa en su contra. El estudiante, humillado y confundido, regresó a su habitación, donde cayó enfermo y murió al tercer día.

Los maestros lloraban su muerte y lo lamentaban profundamente. Uno de ellos, consumido por el dolor, no salía de su habitación, creyendo que la disputa había sido la causa de la muerte del joven y sintiéndose culpable de ello. Entonces, tras confesarse con gran devoción, imploró a la divina clemencia para que se le revelara el estado del difunto. Este se apareció rodeado de un gran y terrible tormento.

Cuando el maestro, después de hablarle por un momento, le preguntó sobre una cuestión y ciertas opiniones relacionadas con esa controversia, el difunto respondió:

"¡Desdichado insensato! En el infierno no hay lugar para preguntas ni disputas. No hay ningún lugar aquí que esté libre de tormentos. Incluso las llamas de la gehena no dan tregua."

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