su estrategia principal es atrapar al hombre en sus propias negligencias

La Ceguera Espiritual y la Ciencia del Mal"

 


Tal fue la ceguera de Saúl, que, viendo que Dios estaba con David, su yerno, le perseguía. Y por esto, dice la Escritura que le perseguía porque Dios estaba con él. Cuánto mejor hizo su hijo Jonatán, que, viendo que Dios estaba con él, se hizo su amigo, le dio su cinto y capa, cediéndole el reino, y diciéndole: "Sin duda, tú reinarás." Ceguera de los viejos que acusaron a Susana: se cegaron de los vicios, con la afición de manera tal que no vieron la luz del cielo. Y así consta que la inmundicia de su corazón los cegó, como la ceguera de Balaam.

Esta misma ceguera pertenece a Balaam, el profeta, que la bestia en la que él iba montado veía al ángel, y él no lo veía; y así fue reprendido por la asna, y él mismo no podía sufrir la impureza de su corazón, y decía de sí mismo: "¡Oh Balaam, hijo de Beor, que caes con los ojos abiertos!" Aquí consta que esta monstruosidad que causan los pecados en el corazón es caer, teniendo los ojos abiertos.

De donde se sigue que, cuanto más supiere, si su corazón se hiciera inmundo, tanto peor será, como dicen los malos, según San Agustín, porque la ciencia la aplican después de pecar, buscando sus utilidades y en favor de los pecados. Y por esto, el demonio es tan malo, porque su ciencia ayuda a su malicia. Así las alas sirven a algunos animales crueles para hacer más mal.


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