su estrategia principal es atrapar al hombre en sus propias negligencias

"La Caída de Lucifer: Reflexiones sobre la Soberbia y la Rebelión

 


Dice, Ezequiel en el capítulo 28: "Hablando acerca de Lucifer, en figura del rey de Tiro: Tú, o bello de la creación, semejante a la imagen de Dios, lleno de sabiduría y perfecto en hermosura, gozaste de los deleites del paraíso de Dios. Toda piedra preciosa era ornamento de tu vestido, y el oro, obra de tu hermosura, y tus tessón ros se hallaron llenos el día en que fuiste creado. Tú eres aquel querubín que, con las alas extendidas, amparas a otros, a quien puse en el santo monte de Dios. Tú viste tu principado entre las piedras de fuego. Perfecto en tus caminos desde que fuiste creado.

Todo esto pertenece al primer instante en que fuiste creado en gracia, hasta que fue hallada la malicia del pecado en tu corazón".

Y declarando Él, como dice: "En la multitud de tu negociación fueron llenas tus entrañas de iniquidad, y pecaste. Levantóse tu corazón viendo tu hermosura, y perdiste tu sabiduría a causa de tu belleza. De manera que, por la soberbia que tuviste, pensando que eras el primero y más excelente ángel en la creación, y que por eso se te debía dar la preeminencia en los negocios de la gracia, por tanto no consentiste con la dignidad, sino que querías ser el único, y que a los hombres no los igualasen contigo."

También Isaías, en el capítulo 14, dice: "¿Cómo caíste, oh Lucifer, hijo de la mañana? ¿Cómo fuiste derribado por tierra, tú que debilitabas a las naciones?" En lo cual se expresa su caída desde su perfección en la creación. Luego declara la soberbia de su corazón, diciendo: "Decías en tu corazón: Subiré al cielo (esto es a la Iglesia) y pondré mi trono sobre las estrellas (esto es sobre los doctores de ella), y subiré sobre las alturas de las nubes (esto es sobre los que riegan la tierra con su predicación), y así seré semejante a Dios", como si dijera: "Más sabio soy yo que todos los doctores humanos y predicadores, confesores y rectores. ¿Cómo se puede permitir que un hombre sea el Rey de toda la corte celestial? No un hombre, sino yo, el ángel, debo ser constituido por Rey de este Reino."

Y las causas que tengo para así decidirme son porque yo soy el primogénito, el sello de la semejanza de Dios, y el principio de sus caminos. Y así, como cosa debida, lo pido, deseo y pretendo. Como Amán, el privado de Asuero, y los hijos de Zebedeo que pidieron la diestra y la siniestra, y como Adonías y Absalón, que por su hermosura pretendían suceder en el reino a su padre y quisieron levantarse contra él, contradiciendo a Dios, que había elegido a Salomón. Así como otro filisteo desafía a todas las huestes de la Iglesia a fingir una pelea, presumiendo ser mejor y más digno para regir la Iglesia que cualquier otro hombre.


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