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El mindfulness enseña a enfocarse en el presente, en el “aquí y ahora”, como si eso fuera suficiente para alcanzar paz interior. Pero la Biblia revela que enfocarse en lo terrenal es estéril y vano. La mente debe estar centrada en Cristo y en las realidades celestiales, no en lo pasajero.
> "Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra."
— Colosenses 3:2
No fuimos creados para vivir enfocados en nosotros mismos ni en nuestras emociones, sino para vivir con la mirada fija en el Salvador, Jesucristo. El presente no tiene poder para darnos paz; solo Cristo lo tiene.
2. No hay paz verdadera fuera de Dios
La promesa de paz interior a través de técnicas humanas es un engaño. Solo Dios puede dar una paz real, duradera y profunda. El mindfulness intenta imitar esa paz, pero sin Dios es solo una imitación vacía. La Biblia afirma que quien confía en el Señor y persevera en Él, recibe una paz que el mundo no puede ofrecer.
> "Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado."
— Isaías 26:3
La paz no es una técnica, es una Persona: Cristo.
3. La autoayuda no puede salvar el alma ni transformar el corazón
La psicología positiva y el mindfulness promueven la idea de que tú puedes cambiarte a ti mismo, sanarte emocionalmente y alcanzar bienestar sin Dios. Pero la Biblia es clara: el corazón humano está corrupto y necesita ser regenerado por Dios. Ningún ejercicio mental puede limpiar lo que solo la sangre de Cristo puede lavar.
> "Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?"
— Jeremías 17:
La autoayuda es una trampa que ignora la realidad espiritual del ser humano. Solo Dios puede darnos un nuevo corazón.
4. Solo el Espíritu Santo da fruto verdadero, no técnicas humanas
El verdadero cambio interior viene del Espíritu Santo, no de métodos seculares. El fruto del Espíritu es lo que trae amor, gozo y paz verdaderos. Las técnicas humanas pueden calmarte por un momento, pero no pueden producir un fruto eterno ni glorificar a Dios.
> "Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe."
— Gálatas 5:22
Ningún ejercicio mental puede sustituir el poder del Espíritu Santo. El cristiano no necesita técnicas, necesita rendición al Espíritu.
5. La meditación bíblica no es vaciar la mente, sino llenarla con la Palabra de Dios
El mindfulness promueve vaciar la mente, dejar los pensamientos pasar sin juicio. Pero la Biblia enseña a meditar llenando nuestra mente con la Palabra de Dios, reflexionando en Su verdad día y noche. No se trata de vaciar, sino de llenar con lo eterno.
> "En la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche."
— Salmos 1:2
La verdadera meditación no es pasiva ni neutral: es activa y centrada en Dios. No es introspección, es revelación.
Conclusión: Cristo es nuestra paz, no las técnicas del mundo
No necesitamos mindfulness, ni psicología positiva, ni técnicas orientales recicladas. Cristo lo es todo. Él es nuestra paz, nuestro consuelo, nuestra sanidad. Rechaza toda práctica que pretenda darte paz sin Dios, porque es un engaño. Solo en Jesús hay plenitud.
> "Y él es nuestra paz..." — Efesios 2:14
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