su estrategia principal es atrapar al hombre en sus propias negligencias

Por qué actúas con tanta maldad contra la humanidad? ¿Qué ganas con tentar a los hombres y tratar de hacerles caer?

 

Un día,


el demonio se apareció al santo Pacomio tomando la forma de una mujer, con el propósito de engañarlo y hacerlo caer en tentación. El demonio, disfrazado así, se presentó con palabras y aspecto seductores, esperando debilitar la voluntad del santo.

Pero Pacomio, reconociendo la trampa, lo reprendió con firmeza y le dijo:

—¿Por qué actúas con tanta maldad contra la humanidad? ¿Qué ganas con tentar a los hombres y tratar de hacerles caer?

Entonces el demonio le respondió con franqueza:

—Si los hombres empiezan a consentir nuestras insinuaciones desde el principio —aunque sean pequeñas—, entonces les damos motivos aún más fuertes y los incitamos con mayor intensidad, hasta que caen por completo. Pero si desde el principio nos resisten y no nos abren la puerta de su voluntad, entonces no tenemos poder sobre ellos, y como el humo que se desvanece en el aire, desaparecemos.

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