su estrategia principal es atrapar al hombre en sus propias negligencias

Salmos prohibidos y ensalmos en la brujería: entre lo sagrado y lo oculto”


 ¿Qué son los salmos prohibidos? Los salmos prohibidos no aparecen como tales en la Biblia, sino que son pasajes del Libro de los Salmos (como el 23, el 91, o el 109) usados con fines mágicos. Algunos se recitaban para protegerse del mal, otros para invocar justicia o incluso para dañar a un enemigo. La Iglesia los condenó cuando se usaban con intención supersticiosa o fuera del contexto litúrgico. En grimorios (libros de magia) medievales y renacentistas, se incluían instrucciones para usarlos junto a rituales, velas y signos cabalísticos.

2. Ensalmos: entre la medicina y la magia Los ensalmos son rezos o conjuros tradicionales que mezclan religiosidad popular con magia. Por ejemplo, un curandero podía recitar un ensalmo para quitar el “mal de ojo” o curar una herida. Estos ensalmos se transmitían oralmente y variaban por región. Muchos comenzaban invocando a santos, ángeles o directamente a Dios, pero se usaban fuera de la autoridad eclesiástica.

 Cruce de caminos: lo sagrado y lo prohibido Tanto los salmos como los ensalmos muestran cómo la espiritualidad popular mezclaba lo sagrado con lo mágico. En tiempos de persecución, como durante la Inquisición, estas prácticas podían considerarse brujería y llevar al castigo. Sin embargo, persistieron entre pueblos, curanderos, y hechiceras que usaban la palabra como herramienta de poder.

4. La brujería y el poder de la palabra En la brujería, los ensalmos eran parte de rituales más amplios: uso de hierbas, símbolos, y objetos cargados de intención. La repetición del salmo o el ensalmo, combinada con gestos y elementos rituales, buscaba manipular lo invisible. En este sentido, la palabra no era solo símbolo, sino acción.

Conclusión: Los salmos prohibidos y los ensalmos en la brujería revelan una dimensión oculta de la religiosidad popular: el deseo humano de controlar el destino, protegerse del mal o influir sobre la realidad. En ellos, la palabra se convierte en un puente entre el mundo visible y el invisible, entre la fe y la magia.


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