su estrategia principal es atrapar al hombre en sus propias negligencias

Los Ansivaren: Desterrados por los Demonios, Redimidos por la Fe

Los frisones se habían adentrado en una región despoblada cerca del Rin. Ya habían ocupado asentamientos y cultivado los campos, pero empezaron a ocurrir hechos oscuros: brujas locales comenzaron a invocar demonios, contaminando espiritualmente la tierra. Esto generó temor entre los pobladores, quienes no pudieron resistir la creciente opresión espiritual. Entonces, los romanos intervinieron y expulsaron por la fuerza a los frisones. La tierra volvió a quedar vacía.

Fue entonces cuando llegaron los Ansivaren, un pueblo no muy numeroso, pero fortalecido por la compasión de las tribus vecinas, que los ayudaban porque habían sido despojados de su patria por los Chaucos. Se instalaron en ese lugar desocupado.

Bojocal, líder de los Ansivaren, ofreció someterse al amparo de los romanos si les permitían asentarse en esa tierra para su gente y su ganado. Argumentó que ese territorio había pertenecido en otros tiempos a los Chamavos, luego a los Tubantes, y después a los Usipios. Y como el cielo pertenece a los dioses y la tierra a los hombres, cualquier pueblo debería poder ocupar una tierra vacía.

Pero sabiendo que los romanos rechazarían su petición, Bojocal alzó la vista al sol, invocó a los demás astros y proclamó:
—¿Quieren brillar sobre una tierra vacía? ¡Derramen entonces el mar sobre quienes despojan a los hombres de su derecho a la tierra!

Los romanos rechazaron la petición, pues no reconocían más autoridad que ellos mismos sobre lo que debían dar o quitar. Sin embargo, ofrecieron a Bojocal, como “amigo”, una porción de tierra para él solo.
Bojocal lo rechazó, pues aceptar habría sido traicionar a su pueblo. Dijo:
—Aunque no tengamos tierra donde vivir, no nos faltará tierra donde morir.

Los Ansivaren se retiraron con hostilidad y llamaron a sus aliados: los Bructeros, Tencteros y otros pueblos, para la guerra. Pero los romanos atacaron rápidamente a los Tencteros, obligándolos a retirarse. Esto hizo que el miedo se propagara entre los demás.

Rechazados y sin aliados, los Ansivaren intentaron asentarse en tierras de los Usipios y Tubantes, pero fueron nuevamente expulsados. Buscaron refugio entre los Catos y los Cévenos, pero fueron rechazados allí también.

Durante su largo y penoso deambular —como huéspedes, como necesitados o como enemigos— su juventud se agotó, y su pueblo fue diezmado. Los más débiles fueron capturados por otros pueblos como botín.

Tiempo después, frailes católicos comenzaron a predicar activamente contra la contaminación espiritual provocada por la brujería. Algunos de los antiguos habitantes regresaron alentados por el mensaje cristiano y, con el paso de los años, el catolicismo comenzó a extenderse en esa región, trayendo consigo una nueva visión espiritual y orden moral, que marcó el inicio de una transformación profunda en aquellas tierras.

Los Ansivaren eran un pueblo desplazado, vagando de tierra en tierra, rechazados por todos. No porque fueran débiles en número, sino porque una fuerza espiritual oscura se había levantado en la tierra donde intentaban vivir: brujería, invocaciones demoníacas, contaminación espiritual.

Y ese mismo patrón lo vemos hoy: familias desplazadas emocional y espiritualmente, padres que ya no encuentran tierra firme para sus hijos, jóvenes sin rumbo, hogares atacados desde lo invisible.


2. No basta tener tierra, hay que tener cobertura espiritual

Los frisones llegaron primero, cultivaron, se establecieron… pero no pudieron resistir el ambiente demoníaco que se levantó. Así también hoy, muchos padres trabajan, compran, construyen… pero no oran. No cubren a sus hijos en oración, y cuando llegan las tormentas espirituales —vicios, rebeldía, confusión de identidad, ideologías oscuras— el hogar se derrumba.

👉 No basta tener cama, techo y comida. Hay que tener oración, palabra y comunión con Dios.


3. El rechazo no destruye, pero la falta de fe sí

Bojocal pudo haber aceptado tierra solo para él, pero dijo:
"No traicionaré a mi pueblo por tener un lugar personal. Si no tenemos tierra para vivir, no nos faltará tierra para morir."

Eso es un padre con principios, una madre con propósito, un líder que protege y ora por los suyos, incluso en la adversidad.

Hoy, muchos hijos vagan como los Ansivaren, de un grupo a otro, de una influencia a otra, sin raíces. Pero si hay padres que interceden, que claman, que luchan contra el mundo espiritual oscuro, entonces hay esperanza.


4. La batalla no es solo contra personas, sino contra espíritus

Efesios 6:12 dice:
"Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas..."

Los frailes llegaron y comenzaron a combatir la brujería con oración, con predicación, con santidad. Y eso trajo avivamiento. Los que antes huían, volvieron. El catolicismo creció. La luz venció a las tinieblas.

🙌 Así también, cuando una madre ora, cuando un padre se pone de rodillas, cuando una familia clama por sus hijos, el enemigo huye.


5. Aplicación: ¿Estás intercediendo o estás rindiéndote?

  • ¿Estás orando por tus hijos cada día?

  • ¿Estás cubriendo tu casa con la sangre de Cristo?

  • ¿Estás discerniendo las influencias oscuras que entran por redes, amistades, ideas?

👉 Es tiempo de recuperar el altar familiar. Es tiempo de decir como Bojocal: "No viviré si es traicionando a los míos".


🙏 Oración final:

Señor, hoy te pedimos por nuestros hijos, por nuestras familias. Líbranos de la contaminación espiritual. Danos discernimiento para ver lo que el enemigo quiere sembrar. Te pedimos tierra, sí, pero más aún: pedimos tu presencia, tu dirección, tu protección. Que ningún hijo nuestro se pierda, y que cada uno viva bajo la cobertura del cielo. En el nombre de Jesús. Amén.


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